miércoles, 27 de febrero de 2013

Disonancia cognitiva en el parqué.

Recupero aquí un post que escribí en mi blog personal (http://www.javiermoreno.es) hace ya un tiempo. Creo que puede ser una buena introducción para una web relacionada con el trading y que cualquiera puede entender.

A finales de los años 90 me comencé a dedicar profesionalmente a hacer trading en la bolsa, es decir lo que popularmente (y sin ningún sentido en mi opinión) se llama jugar a la Bolsa. Digo que no me parece un término adecuado porque si hay un vocablo que no se puede asociar a la operativa en mercados financieros ese es precisamente el de "juego". En una primera época (algo más de tres años) me dirigía cada día al edificio de la Bolsa de Madrid para pasar allí el día observando pantallas, dibujando gráficos y buscando oportunidades para realizar alguna operación positiva que justificara las horas que pasaba allí. 

Posteriormente, con el avance de la tecnologías, llegó un momento en que podía operar sin moverme de casa y dejé de acudir al "parqué". Gané en tranquilidad para mi operativa pero dejé de vivir tan de cerca un fenómeno que siempre me ha fascinado aunque en aquel tiempo desconocía que tenía un nombre. Años después supe que ese comportamiento humano que yo observaba decenas de veces cada día tenía una denominación: disonancia cognitiva. Según Leon Festinger, autor de la teoría de la Disonancia Cognitiva, “las personas no soportamos mantener al mismo tiempo dos pensamientos o creencias contradictorias, y automáticamente, justificamos dicha contradicción, aunque para ello sea necesario recurrir a argumentaciones absurdas”, es decir, el ser humano necesita siempre sentir que todas sus acciones, pensamientos y creencias son coherentes. En caso de no ser así se produce una “Disonancia Cognitiva” y para reducirla recurrimos a la llamada “Justificación Insuficiente” o “Autojustificación”. ¿A qué me refiero? Pondré algún ejemplo explicativo. 

 *Una mujer fumadora lee en una revista que fumar quita varios años de vida. Ella sabe que es cierto pero lo justifica pensando “sí es perjudicial pero quita los últimos años que son los peores”. 

*Una persona conduciendo su coche elige la carretera equivocada y en vez de reconocer el error piensa “un poco más adelante hay un cruce que me lleva a la otra carretera” o “por esta también llegaré” o “ya no puedo ir marcha atrás”. Lo curioso es que esto mismo lo dice aunque no esté acompañada, porque también es necesario convencerse a sí misma y quizá sea más la necesidad de justificarnos ante nosotros mismos que ante los demás.

Pues bien, durante la época en la que asistía al "parqué" nos encontrábamos en un ciclo bajista de las bolsas. Después de la burbuja de las empresas tecnológicas las cotizaciones de las empresas estuvieron bajando durante unos tres años. Sin embargo cpodía ver como cada día las personas que me rodeaban se dedicaban a comprar acciones con la esperanza de venderlas un poco más caras pasado un tiempo. Cuando el ciclo es alcista eso no tiene mucho mérito porque las cotizaciones suben y suben pero cuando el ciclo es bajista las cotizaciones bajan y bajan. La gente no quiere ver esta segunda parte e influida por la idea proclamada desde el establishment financiero de que "a largo plazo la Bolsa siempre sube" caía una y otra vez en el error de comprar acciones para ver como después su cotización bajaba y el patrimonio personal se evaporaba. Esto es muy común y es una de las razones que impiden a muchos llamados "inversores" a perder su dinero. Cuando yo compro unas acciones lo hago con la esperanza de que suban y venderlas más caras embolsándome la diferencia. Pero si sucede lo contrario al ser humano le cuesta muchísimo reconocer su error, reconocer que quizá su acción era equivocada y generalmente la reacción es pensar "bueno, ya subirán". Cuando llevo perdido un 10% ya me pongo un poco nervioso pero generalmente sigo sin asumir mi error y busco justificaciones para mi conducta. Puedo pensar que la empresa "es muy buena" y "tiene que subir"; que "bueno, en realidad no necesito el dinero ahora mismo, cuando suba ya venderé". Cuando pierdo un 30% el dolor es más fuerte pero pienso "ahora que están tan bajas no las voy a vender, incluso como sigan bajando hasta compro más". Es increible como después de bajar un 50% no es difícil escuchar frases del tipo "Sí, ahora pierdo la mitad pero estoy esperando que baje un poquito más para comprar más cantidad". Y hasta esbozaban una sonrisa pensando que se iban a forrar gracias a que iban a comprar más de lo mismo después de perder el 60-70% de su inversión inicial. Podemos ver que si la idea original era comprar y no vender hasta que se ha ganado, ya puede ocurrir cualquier cosa que siempre buscaremos justificación para mantenernos en la idea original.

Del mismo modo, se da este fenómeno, cuando se habla de la diferencia entre especulación e inversión. Según un viejo dicho "un inversor es un especulador al que le salió la operación mal". No nos engañemos, cuando compramos unas acciones o cualquier otro producto cotizado en un mercado lo que queremos todos es sacar el máximo beneficio en el menor tiempo posible, ¿o no? Cuando una persona de mediana edad, "de la vieja escuela" me decía que el no compraba y vendía las acciones en el mismo día sino que prefería comprarlas "a largo plazo", como insinuándome una especie de superioridad moral, yo siempre respondía: "Ya tú esperas ganar un 10% en dos años por ejemplo, pero si fueras capaz de ganar por ejemplo un 1% cada día ¿no sería más beneficioso?" Esto chocaba con su creencia adquirida desde siempre y buscaba cualquier modo de justificar que, aunque objetivamente mi opción era mucho mejor que la suya, debía continuar con su modo de operar habitual. Este ejemplo muestran la necesidad que tenemos las personas de justificar lo innecesario o, incluso, lo injustificable. Lo realmente importante para nosotros es creer que no existen contradicciones entre varios de nuestros pensamientos y creencias, y no sólo necesitamos convencer a los demás de la coherencia de nuestros actos, sino también a nosotros mismos.

Por tanto, cuando hacemos trading debemos actuar con una base sistemática. Es el primer paso para ser ganadores consistentes. El problema viene cuando no actuamos por alguna razón, sino que actuamos y luego buscamos razones que expliquen (justifiquen) nuestra actuación.




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